- ADiReLab ha organizado, en colaboración con BAKER MCKENZIE y AON, una jornada de trabajo sobre los retos de la longevidad y la gestión de la edad en las empresas
- Las estimaciones para 2050 marcan una correlación de 1 a 1 de la tasa de dependencia, lo que supondrá una dificultad para mantener las prestaciones
- En este contexto, es necesario proveer a los empleados de herramientas para su jubilación para llevar a cabo una previsión eficaz de su etapa poslaboral
La Asociación de Directivos de Relaciones Laborales (ADiReLab) ha celebrado su jornada de trabajo, en colaboración con BAKER MCKENZIE y AON, sobre «Los retos de la longevidad y la gestión de la edad en las empresas: ¿estamos preparados?». El evento, celebrado en las oficinas de Baker Mckenzie, contó con la participación de Juan María Gorostidi, Director de Relaciones Laborales de Grupo Santander, José Luis Martín, Director de Retirement and Financial Managent de AON, José María García, Director de Relaciones Laborales de Mahou San Miguel, Ana de la Puebla, Catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la UAM y of Counsel de Baker McKenzie, y Manuel Pimentel, of Counsel de Baker McKenzie, como moderador.
Entre las principales conclusiones de este encuentro destaca la necesidad que las empresas españolas tienen de poner en marcha una planificación integral de la gestión de la madurez en sus plantillas, ofreciendo a sus empleados las herramientas necesarias que aseguren una gestión eficaz de la jubilación.
En palabras de Manuel Pimentel, «España es uno de los países del mundo que más rápido está envejeciendo. Necesitamos en las empresas una gestión laboral de las plantillas maduras y estrategias jurídicas eficaces».
Como explicó en su intervención Ana de la Puebla, Catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la UAM y of Counsel de Baker, «las previsiones apuntan a que la tasa de dependencia será, en el entorno del año 2050, de uno a uno (una persona en edad de trabajar por cada persona inactiva), lo que supone un reto para la sostenibilidad del sistema público de protección social. Por su parte, las empresas deben anticiparse al desafío que supone, por una parte, el anunciado nuevo ciclo de recesión económica y, por otra, el cambio tecnológico y el impacto de la digitalización en las plantillas».
Sobre el comportamiento de las personas activas ante este escenario, José Luis Martín, Director de Retirement and Financial Management de AON, detalló que «si podemos estimar que antes de las últimas reformas del sistema público de pensiones (años 2011 y 2013), una trabajador con salario inferior a la base máxima de cotización a la seguridad social podría recibir una prestación pública cercana al 90 % de su último salario, a medida que esta cobertura se reduzca debido a la cuestionable sostenibilidad del sistema público de pensiones, es posible que algunos empleados decidan no jubilarse y prolongar su relación laboral, siempre que la normativa no establezca la obligatoriedad acceder a la misma a una edad determinada».
José María García, Director de Relaciones Laborales de Mahou San Miguel, por su parte, añadió que «el gran problema se está abordando exclusivamente con factores de sostenibilidad del sistema en referencia al importe de las pensiones y desde el punto de vista de retrasar la edad de jubilación. Puedes retrasar el problema, pero va a llegar: por eso es fundamental crear una cultura del ahorro para la jubilación que complemente el sistema público de pensiones.».
Para Juan María Gorostidi, Director de Relaciones Laborales de Grupo Santander, «estamos en un momento en el que es crucial una planificación integral de la gestión de las plantillas poniendo foco en el aprovechamiento de todo el talento existente en las organizaciones. Para ello deben superarse muchas resistencias y estereotipos que todavía existen e impiden que las empresas se adapten a los actuales tiempos».
Respecto a las soluciones, José Luis Martín las cifró en «concienciación y sensibilización, herramientas para la planificación, sistemas de empresa para que los empleados puedan ahorrar y planes de ahorro vivos adaptados a las necesidades de los empleados».
La jornada de trabajo culminó con un debate y ronda de preguntas en el que los asistentes trasladaron sus impresiones y dudas a los ponentes.